El cangrejo huraño
Bajo
un sombrero de paja
un
gran cangrejo ermitaño
vivía
encerrado allí
por
ser malo y muy huraño.
Casi
siempre estaba solo
por
su manera de ser,
los
que bien lo conocían
no
lo querían ni ver.
Ocurrió
que llegó el viento
y
llevándose el sombrero,
se
marchó de allí contento
mientras
cantaba un bolero.
Al
verse desamparado,
el
cangrejo como un loco
empezó
a llorar con fuerza
entre
lágrimas y mocos.
Todos
fueron a su lado
cuando
vieron su dolor
y
a pesar de conocerlo
le
dieron todo su amor.
Fueron
a buscar al viento
que
el sombrero devolvió
dejándolo
donde estaba
después
de pedir perdón.
Pero
el cangrejo ermitaño
su
fama reafirmó
cuando
dio la espalda a todos
y
en su casa se encerró.
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